¿Donde está la dignidad?

(Publicado el 9 de junio de 2009)

Cuando en el verano del 2003 el Requexón era una ruina y nadie daba un duro por su supervivencia, unos abnegados oviedistas decidieron tirar del carro y se dejaron la piel, el cuerpo y el alma para que siguiera en pie uno de los pilares fundamentales del club, su cantera.

Numerosos padres decidieron buscar la puerta de salida y se arrimaron al proyecto ilusionante, apuntándose al sol que más calientaba y dirigidos, entre muchos, por gente como Jose Manuel (hoy director deportivo), Lobo, Tamargo, Blas y un largo etc. Mientras esto sucedía Javi Amieva, los hermanos Arias, Sánchez, Monchu…se reunían con los padres para intentar convencerles de que quedarse merecía la pena, que no habíamos dicho nuestra última palabra, que el Requexón podía resurgir con la ayuda de todos aquellos que quisieran de verdad al club y tuvieran sentimiento azul.

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Y el trabajo dió sus frutos, la unión hizo la fuerza, y lo que parecía un milagro se había convertido en una realidad, los equipos se habían consolidado, y con escasísimos medios al lado del todopoderoso engendro, pero con corazón, con mucho corazón, el Requexón seguía en pie y con más ilusión que nunca.

Fueron muchos, desde el otro lado del párking, los que se mofaron de nuestra cantera en aquella época, los que se burlaban cuando veían a nuestros equipos salir a competir con la camiseta de “Yo no abandoné”, los que nos llamaban “cadáver”, y se jactaban de estar en el “proyecto ilusionante”, en el engendro del alcalde. Qué ironía que muchos de aquellos que corrieron disparados al ACF, como Jose Manuel, los que manipularon a muchos padres para que marcharan con sus hijos (como Mata), los que desde el engendro se cachondeaban de nuestras desgracias (como Jose Vicente) , Carril y su ayudante Nacho, Marcos (el coordinador de la temporada pasada del Requexón) y gente como Nacho Canal y Chus Hevia que trabajaban a destajo para llevarse a nuestros canteranos…estén hoy aterrizando en el Requexón uno detrás de otro, con total desvergüenza, como si no hubiera pasado nada y todo aquello que vivimos los oviedistas, y que nos marcó, hubiera pasado sólamente en nuestra imaginación.

Porque eso es lo que pretende el consejo, hacer en nuestro club lo que el oviedismo les impidió que hicieran con el engendro, llenar el Requexón de gente interesada, oportunista, que carece de cualquier mínimo sentimiento azul, y que encima fueron artífices de nuestro intento de asesinato.

Que el ascenso no nos elimine la memoria, que una obligación (como era regresar a 2ª B) no permita que los actuales dirigentes nos menosprecien con decisiones tan vergonzosas, que todo aquello que entre todos conseguimos no quede en el olvido. Luchemos, volvamos a las trincheras si es preciso, pero no seamos cómplices de unos dirigentes que están dejando la DIGNIDAD de nuestro club por los suelos. Es hora de despertarse de la siesta.