CARTA A MICHU

Michu..
Quizás a esta hora ya tengas decidido tu futuro y esta carta esté de más. O quizás...tu corazón azul ha salido vencedor de esa batalla contra el todopoderoso dinero que tanto mueve al fútbol actual, donde no hay escrúpulos, ni sentimientos,todo es un negocio, y en muchas ocasiones hasta deciden los demás por uno su destino, como si fuerais simples marionetas carentes de poder de decisión y de sentimientos.
En cualquier caso, necesito que sepas que tengo el corazón en vilo, como miles de oviedistas, porque tu decisión para nosotros no es una simple decisión deportiva, sino de orgullo, ese orgullo que tú tan bien conoces porque lo compartes con todos y cada uno de nosotros y lo has mamado desde pequeño.
Cuando estabas creciendo como futbolista te topaste de golpe con que tu club tocaba el suelo, después de haber vivido tantas tardes en primera cogido de la mano de tu padre en el viejo Tartiere. Y cuando eso vino, de golpe, pudiendo irte elegiste quedarte aquí para ayudar a recomponer los trozos que quedaban. Cada vez que nos daban una "puñalada" tú la sufrías con nosotros; cada vez que pisábamos el barro; tú lo pisabas con nosotros; cada vez que ganábamos una batalla, tú la ganabas con nosotros; y cuando esa mezcla de corazón y rabia te impulsaban a llevarte la mano al corazón, donde llevabas el escudo de tu club, en ese momento...éramos nosotros los que lo hacíamos contigo.
Tú amor por el Real Oviedo, como nos pasa a todos los que sentimos el club de especial manera, casi como una forma de vida, pasaba también por la fobia a ese club que nos tratan de imponer como si fuera la única opción. Cuánto les enseñamos a todos esos, cuántas lecciones les dimos, de cómo se debe defender a un equipo en el peor momento imaginable, y aún estando en lo más bajo les mostrábamos orgullosos nuestro corazón azul, y les dejamos claro que una gran parte de nuestra Asturias no claudicaba, ni se vendía. ¿A qué me entiendes?, cómo no me vas a entender, tú coreaste cánticos contra esa aldea, como todos, pero no sólo a modo de burla, sino de reafirmación de sentimientos.
No te voy a mentir, no eras mi ídolo, ni puse nunca tu nombre en una camiseta, pero eras uno de esos símbolos nacidos desde el corazón del Real Oviedo, el Requexón, del que sentía enormemente orgullosa. También he de decirte que esperé más de ti en el campo los dos últimos años, pero quizás la culpa no fue toda tuya, sino de las enormes expectativas que había creadas a tu alrededor, y que tanto necesitábamos que salieran a flote en uno de los peores momentos deportivos que sufrimos. Qué te voy a contar de aquel fatídico 2006, que tú no sepas.
Por eso a lo mejor no soy la más indicada para pedirte nada, y sean los que más te quieren y te tienen cerca los que tengan el derecho, pero déjame al menos pedirte, de oviedista a oviedista, que no te rindas fácil, el dinero no lo es todo en la vida, y después del fútbol, cuando llegues a casa después de un entrenamiento o un partido, te quedarás a solas con tu corazón, y este te acompañará toda la vida. El dinero...es cuestión de cantidad, el corazón y los ideales que nos mueven y motivan en la vida, esos no tienen precio.
Ahora debes elegir, entre tu corazón y ser querido en tu casa, o convertirte en uno de esos tantos futbolistas que nos han abandonado y han seguido el olor del dinero.
Confío en ti, confío en que tú no eres como ellos.