Me han enviado este comentario tan maravilloso y conmovedor en respuesta a mi último artículo que le voy a hacer una pequeña "faenilla" a su autor y lo voy a colgar aquí, en portada, para que lo podáis disfrutar y saborear como yo lo he hecho. Viene además de una persona que ha sido injustamente tratada en el foro oviedista, que se ha llevado incluso insultos sólo por defender su idea del Real Oviedo. Espero que todos aquellos que un día te faltaron sientan un pelín de vergüenza cuando te lean, si son de verdad oviedistas seguro que así será. Tal vez, ahora, no sólo te entiendan mejor a ti, sino a mi también. GRACIAS POR TODO.
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"Soyazul magnifico y emocionante articulo me gustaría dejarle unas pequeñas sensaciones que me hicieron recordar y volver abrir mi baúl de los recuerdos una vez mas, la verdad es que mi baúl de recuerdos oviedistas tiene tantas anécdotas, alegrías y sin sabores, que seguro no entrarían todos juntos en un baúl aunque este fuera de grande como el Tartiere.
No hay día que no recuerde aquella fatídica fecha en la que por la desidia de nuestros regidores nos fuimos a los abismos del fútbol, fecha que a ti te hizo agarrarte a tu camiseta, a otros les hizo sacar sus banderas, a otros poner el himno de nuestro Real Oviedo para que lo oyera todo el entorno y a todos en resumen nos saco nuestra parte de ser humano, que alguien me diga a quien no le cayeron lágrimas ese día … , a pesar de ello las sonrisas en esas fechas eran muy numerosas y sonoras por Oviedo y por alguna zona de descerebrados de Asturias. Nuestra desaparición era lo que importaba, el coste el que fuera, los medios los que fuesen precisos, el objetivo del impresentable alcalde y de sus afines era claro y conciso “ que no levanten cabeza al precio que sea”.
Recuerdo a los miserables que se nos llevaban los chavales del Requexòn, a los machacas que ayudaban a que aquello prosperara (ahora andan por el Requexòn como si tal cosa), recuerdo a esas peñas reuniéndose y dándose ánimos unos a otros (recuerdo a esa APARO casi que finiquitada con su presidente al frente y al que pagamos con una moneda que no se merecía), recuerdo a esos socios que igual cojìan una pala para quitar nieve del campo, como aquellos padres que apostaron por que sus hijos se quedaran por Orgullo, recuerdo a socios longevos que apenas podían respirar y preguntar ¿que hay que hacer?, recuerdo a tantos y tantos socios que andaban sin norte , sin salida, sin preguntas y sin respuestas , podía mas el corazón que la cabeza, cuantos colaboradores anónimos tuvimos, aquel grupo de irreductibles que quedaron al mando del club, aquellos técnicos que se quedaron, aquellos valientes que salieron a competir en tercera a sabiendas que no había ni un euro para pagarles y como no a esa masa social encabezada por las pocas peñas que quedaron apoyando nuestro resurgir, que maravillosos viajes por Asturias, a pesar de que alguno les llama barrizales, yo me sentía orgulloso de pisar esos barrizales, estábamos vivos y era lo que importaba. Ahora osan hablarnos de tercerización, pues yo lo estaré, pero antes tercerizao que desapareció.
Hay una parte que no llevo con paciencia y por la que me duele mucho recordar esos tiempos y es por aquellos numerosos y maravillosos socios, colaboradores anónimos, técnicos, dirigentes, jugadores tanto de la Primera plantilla como de las categorías inferiores que dieron lo mejor que tenían dentro de si y que por una causa u otra al final el Real Oviedo no supo ser comprensivo con ellos y poco mas que les metemos la cabeza debajo la tierra. Me queda la esperanza de que algún día vuelvan de donde nunca se debieron ir. Eso si ahora los socios defienden y aplauden a “tuercebotas deportivos” que acaban de llegar y que cobra la de dios y no nos valen, antes que aun chaval de aquellos que se duchaban en agua fría y que ahora ni les dan la oportunidad de demostrar lo que valen y son muchos..
Mira por donde cuando íbamos subiendo de socios a los 500, 1000, 1500, 2000, 2500, 3000, 3.500 socios me decía joder bien ya podemos salir a competir, con lo que no esperaba eran los otros miles que a posteriori fueron llegando, aquello era digno de un estudio sociológico, parecía como si aquello no tuviera fin por mucho engendro por mucho café español y por muchas señas de identidad que nos intentaban robar quien hoy las tiene en propiedad, que paradojas primero las quiso hacer desaparecer y después va y las compra.
En resumen de la total angustia y soledad , se fue dado pasos para ser una enorme familia y ahora ….. no se que nos espera, todo apunta a un final traumático sino se hace algo rápidamente, así lo veo yo, pero solo te puedo decir que si hay que colgar la camiseta otra vez “se colgara” y nos volverán a llamar de todo pero no podrán con nosotros, nos sobra Orgullo, Valor y Garra."
Un saludo de de_na.
martes, 22 de diciembre de 2009
viernes, 18 de diciembre de 2009
Mamá, por esto sigo siendo CORAZÓN AZUL.
La ilusión se construye a base de sueños, de esperanza, de optimismo, de hechos. Por eso cuando nos preguntan por qué seguimos siendo del Real Oviedo, porqué seguimos aferrados a un sufrimiento profundo inalterable, a una incertidumbre dolorosa y alargada…nuestra respuesta siempre es la misma: “esto no se puede explicar, esto se siente…o no se siente, y el Real Oviedo es más que un sentimiento”.
La UEFA, aquel día del Génova con las calles azules, el gol de Tomás al Atlético de Madrid desde el centro del campo, los detalles de Peter Dubovsky, los testarazos de Dely Valdés, los cortes en defensa de Gorri y Sañudo, las carreras por la banda de Berto o los goles de Carlos, el mítico Jabo con su chubasquero de la suerte, el recibimiento en Ranón a los héroes de Mallorca y ese viaje de vuelta inolvidable, el gran Chapucú cantando con su guitarra en la Plaza de la Escandalera en unos de los días más felices que viví como oviedista, y tantos y tantos momentos inolvidables por irrepetibles.
Quien me iba a decir que todo aquello daría un giro radical en pocos años, que después de tocar el cielo…lo que venía era el barro, el sufrimiento, la decadencia y el caos. Después de unos años donde las cosas empezaron a hacerse mal, y todo parecía ir en picado, se anunciaba por aquellos mismos que nos mantuvieron engañados que estábamos en la más absoluta ruina. Y lo que vino después….ya lo sabéis, incertidumbre, desastres deportivos, sufrimiento, lágrimas….y un montón de acontecimientos tristes y dramáticos que desembocaron en nuestro descenso a tercera.
Este CORAZÓN AZUL todavía tiene fresco en su memoria aquel verano cuando colgué mi camiseta del Real Oviedo en la ventana y mi madre me decía "hija, para que te empeñas, no sufras más, hazte a la idea de que eso está muerto", y yo me aferraba a aquel trozo de tela como si en ella estuviera parte de mi vida, incapaz de reconocer que todo se había terminado, que no había salida, que lo que tocaba era cerrar el telón y dejar de llorar.
Y seguí llorando, hasta quedarme seca, y vi en los oviedistas de mi alrededor las mismas lágrimas que yo, y supe que no estaba sóla, que ese sentimiento tan especial estaba grabado a fuego en el corazón de muchísima gente, gente como Manolo Lafuente, nunca me olvidaré de su cara aquel día en La Morgal cuando se avecinaba el drama, desencajada, su enorme tristeza, su gesto de impotencia...la misma impotencia que sentimos los que nos concentramos delante del despacho del innombrable abogado y Vili salió a decirnos que el final que todos temíamos se había consumado, habíamos descendido a tercera división, habíamos descendido a los infiernos.
Pero si pensamos que aquello había sido lo peor nos equivocamos, lo peor estaba por llegar, llenos de deudas, con la soga al cuello, jugadores que se iban y desfilaban por la puerta de salida uno detrás de otro, con denuncias de empleados que impedían al club salir a competir, con sanciones en forma de puntos en caso de poder hacerlo, y sobre todo...lo más sangrante, lo inesperado, una campaña brutal desde el Ayuntamiento a todos los niveles anunciando que estábamos muertos, captando a ex-jugadores carismáticos para hacer apología de la guerra que acababan de iniciar, creando en el laboratorio de la infamia el experimento del ACF para hacernos sangrar más por la herida y chantajeando a todos los empresarios de la ciudad para que no invirtieran absolutamente nada en nosotros y lo hicieran en su patético y asqueroso proyecto. Y la prensa...la "prensa" bombardeando un día y otro día....llenando páginas y páginas obedeciendo órdenes de su "jefe". Sólo unos pocos prefirieron la dignidad, el sentimiento, y lo antepusieron a la presión, al chantaje. La imagen de aquellos que lo hicieron estará siempre en nuestra memoria, aquellas gafas de Angel Fernández y su sonrisa, sus palabras de aliento formarán parte de la historia azul.
La desesperación de de Manolo Lafuente dió paso a la esperanza cuando anunció que a pesar de todo íbamos a salir a competir, ya se habían dado muestras de que la afición no iba a claudicar, fundamental fue la labor de Javi Amieva, de los hermanos Arias, de Monchu, de Sánchez y muchos más, luchando porque no siguieran marchándose chavales del Requexón, hablando uno a uno con los padres tratando de convencerles de que aquí era donde debían de dejar a sus hijos, en un Requexón sin luz, sin agua, casi en ruina, y lo peor, con buitres tratando de llevarse a todos los jugadores que podían. Fundamental también el apoyo de muchos padres comprometidos que hicieron un trabajo enorme y desinteresado, sin buscar nada a cambio, sin los cuales hubiera sido muy difícil salir adelante.En medio de todas estas tristes circunstancias consiguieron lo imposible, que saliera a flote un orgullo que pensábamos perdido y, sobre todo, que surgiera el compromiso de muchos oviedistas de corazón de que aquello había que levantarlo como fuera.
Y en el Requexón, en la calle, en los bares, en las casas de muchos oviedistas que hasta entonces se habían limitado a "ir al fútbol" nació el Espíritu del 2003, un sentimiento tan fuerte y tan bonito, tan especial, que sólo los que lo vivimos podemos saber qué grande y que maravilloso fué. Ya no íbamos al fútbol, íbamos a la guerra y cada partido era una batalla que teníamos que ganar. Y ese Espíritu fue creciendo y creciendo....hasta límites insospechados, rebasando incluso las fronteras de la ciudad, de la región, y alcanzando a muchos rincones del país donde se empezaba a hablar de LA MAREA AZUL. Esta fue la primera y verdadera MAREA AZUL, por mucho que luego hayan querido imitarla.
Con cada burla que venía de nuestros enemigos, con cada ex-jugador que se sumaba al proyecto nacido para matarnos, con cada frase elocuente del alcalde en los periódicos tratando de sentenciarnos, respondíamos con nuestra mejor arma, el CORAZÓN, y sobre todo...la FIDELIDAD a un sentimiento.
El enemigo, con todo a su favor, con un "ejército" a base de poder, dinero, manipulación, mentira...jamás pensó que aquello no le iba a bastar para aplastarnos...Y sin embargo vencimos, y de la supervivencia pasamos al milagro, y del milagro a pensar que la palabra FUTURO volvía a tener sentido para nosotros.
¿Olvidar todo esto? IMPOSIBLE, ¿olvidar las caras de aquellos que quisieron aplastarnos y que cuando nos veían heridos en el suelo esbozaban una sonrisa y alargaban su pierna para pisarnos? JAMÁS.
Mamá, quizás ahora entiendas porque sigo siendo del Real Oviedo y porque seré por siempre un enorme CORAZÓN AZUL.
La UEFA, aquel día del Génova con las calles azules, el gol de Tomás al Atlético de Madrid desde el centro del campo, los detalles de Peter Dubovsky, los testarazos de Dely Valdés, los cortes en defensa de Gorri y Sañudo, las carreras por la banda de Berto o los goles de Carlos, el mítico Jabo con su chubasquero de la suerte, el recibimiento en Ranón a los héroes de Mallorca y ese viaje de vuelta inolvidable, el gran Chapucú cantando con su guitarra en la Plaza de la Escandalera en unos de los días más felices que viví como oviedista, y tantos y tantos momentos inolvidables por irrepetibles.
Quien me iba a decir que todo aquello daría un giro radical en pocos años, que después de tocar el cielo…lo que venía era el barro, el sufrimiento, la decadencia y el caos. Después de unos años donde las cosas empezaron a hacerse mal, y todo parecía ir en picado, se anunciaba por aquellos mismos que nos mantuvieron engañados que estábamos en la más absoluta ruina. Y lo que vino después….ya lo sabéis, incertidumbre, desastres deportivos, sufrimiento, lágrimas….y un montón de acontecimientos tristes y dramáticos que desembocaron en nuestro descenso a tercera.
Este CORAZÓN AZUL todavía tiene fresco en su memoria aquel verano cuando colgué mi camiseta del Real Oviedo en la ventana y mi madre me decía "hija, para que te empeñas, no sufras más, hazte a la idea de que eso está muerto", y yo me aferraba a aquel trozo de tela como si en ella estuviera parte de mi vida, incapaz de reconocer que todo se había terminado, que no había salida, que lo que tocaba era cerrar el telón y dejar de llorar.
Y seguí llorando, hasta quedarme seca, y vi en los oviedistas de mi alrededor las mismas lágrimas que yo, y supe que no estaba sóla, que ese sentimiento tan especial estaba grabado a fuego en el corazón de muchísima gente, gente como Manolo Lafuente, nunca me olvidaré de su cara aquel día en La Morgal cuando se avecinaba el drama, desencajada, su enorme tristeza, su gesto de impotencia...la misma impotencia que sentimos los que nos concentramos delante del despacho del innombrable abogado y Vili salió a decirnos que el final que todos temíamos se había consumado, habíamos descendido a tercera división, habíamos descendido a los infiernos.
Pero si pensamos que aquello había sido lo peor nos equivocamos, lo peor estaba por llegar, llenos de deudas, con la soga al cuello, jugadores que se iban y desfilaban por la puerta de salida uno detrás de otro, con denuncias de empleados que impedían al club salir a competir, con sanciones en forma de puntos en caso de poder hacerlo, y sobre todo...lo más sangrante, lo inesperado, una campaña brutal desde el Ayuntamiento a todos los niveles anunciando que estábamos muertos, captando a ex-jugadores carismáticos para hacer apología de la guerra que acababan de iniciar, creando en el laboratorio de la infamia el experimento del ACF para hacernos sangrar más por la herida y chantajeando a todos los empresarios de la ciudad para que no invirtieran absolutamente nada en nosotros y lo hicieran en su patético y asqueroso proyecto. Y la prensa...la "prensa" bombardeando un día y otro día....llenando páginas y páginas obedeciendo órdenes de su "jefe". Sólo unos pocos prefirieron la dignidad, el sentimiento, y lo antepusieron a la presión, al chantaje. La imagen de aquellos que lo hicieron estará siempre en nuestra memoria, aquellas gafas de Angel Fernández y su sonrisa, sus palabras de aliento formarán parte de la historia azul.
La desesperación de de Manolo Lafuente dió paso a la esperanza cuando anunció que a pesar de todo íbamos a salir a competir, ya se habían dado muestras de que la afición no iba a claudicar, fundamental fue la labor de Javi Amieva, de los hermanos Arias, de Monchu, de Sánchez y muchos más, luchando porque no siguieran marchándose chavales del Requexón, hablando uno a uno con los padres tratando de convencerles de que aquí era donde debían de dejar a sus hijos, en un Requexón sin luz, sin agua, casi en ruina, y lo peor, con buitres tratando de llevarse a todos los jugadores que podían. Fundamental también el apoyo de muchos padres comprometidos que hicieron un trabajo enorme y desinteresado, sin buscar nada a cambio, sin los cuales hubiera sido muy difícil salir adelante.En medio de todas estas tristes circunstancias consiguieron lo imposible, que saliera a flote un orgullo que pensábamos perdido y, sobre todo, que surgiera el compromiso de muchos oviedistas de corazón de que aquello había que levantarlo como fuera.
Y en el Requexón, en la calle, en los bares, en las casas de muchos oviedistas que hasta entonces se habían limitado a "ir al fútbol" nació el Espíritu del 2003, un sentimiento tan fuerte y tan bonito, tan especial, que sólo los que lo vivimos podemos saber qué grande y que maravilloso fué. Ya no íbamos al fútbol, íbamos a la guerra y cada partido era una batalla que teníamos que ganar. Y ese Espíritu fue creciendo y creciendo....hasta límites insospechados, rebasando incluso las fronteras de la ciudad, de la región, y alcanzando a muchos rincones del país donde se empezaba a hablar de LA MAREA AZUL. Esta fue la primera y verdadera MAREA AZUL, por mucho que luego hayan querido imitarla.
Con cada burla que venía de nuestros enemigos, con cada ex-jugador que se sumaba al proyecto nacido para matarnos, con cada frase elocuente del alcalde en los periódicos tratando de sentenciarnos, respondíamos con nuestra mejor arma, el CORAZÓN, y sobre todo...la FIDELIDAD a un sentimiento.
El enemigo, con todo a su favor, con un "ejército" a base de poder, dinero, manipulación, mentira...jamás pensó que aquello no le iba a bastar para aplastarnos...Y sin embargo vencimos, y de la supervivencia pasamos al milagro, y del milagro a pensar que la palabra FUTURO volvía a tener sentido para nosotros.
¿Olvidar todo esto? IMPOSIBLE, ¿olvidar las caras de aquellos que quisieron aplastarnos y que cuando nos veían heridos en el suelo esbozaban una sonrisa y alargaban su pierna para pisarnos? JAMÁS.
Mamá, quizás ahora entiendas porque sigo siendo del Real Oviedo y porque seré por siempre un enorme CORAZÓN AZUL.
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