domingo, 25 de mayo de 2014
TU CELEBRAS UNA COPA, YO CELEBRO SIMPLEMENTE SER OVIEDISTA CADA DÍA.
Madridistas, culés, colchoneros (que ahora hay muchos) ¿alguna vez en vuestra vida habéis vivido esto?
¿Alguna vez os hicistéis socios de vuestro equipos sin ni siquiera saber si iba a salir a competir? ¿Alguna vez comprásteis ropa rota y usada en un rastrillo, para que vuestro equipo pudiera seguir vivo, como si fuera la mayor de las joyas y no en vuestra flamante tienda oficial?
¿Alguna vez llenásteis campos en tercera división con la misma ilusión que cuando competíais en primera?
¿Salistéis en masa a la calle porque a vuestro equipo lo estaban asesinando y os querían imponer haceros de una mala copia?
¿Salistéis alguna vez a reclamar algo que no fuera un triunfo, una copa, o un fichaje millonario?
¿Conseguistéis que vuestro equipo no muriera por dos ocasiones y sigues con el mismo sentimiento o incluso más fuerte que antes?
¿Después de golpes y golpes deportivos y seguir en la misma categoría año tras año jamás has pensado en otra cosa que no sea guardar cola ya el primer día para sacar tu abono?
¿Has inculcado a tus hijos lo que supone luchar por un sentimiento a toda costa a pesar de todas las dificultades, y no simplemente comprarles la equipación de los equipos que ganan siempre?
¿Alguna vez, en definitiva, vivistéis algo emocionante que se os quedara grabado el resto de vuestra vida que no fuera levantar una copa?.
Sabéis, en el fondo no somos los oviedistas quienes debiéramos daros pena, sois vosotros los que me dais pena a mi.
martes, 4 de marzo de 2014
CARTA A DIEGO CERVERO
Querido Diego:
Empecé a escribirte esta carta mil veces y fui incapaz casi siempre de encontrar las palabras perfectas y exactas con las que poder contarte lo triste que me siento y esta sensación de impotencia que me invade. Aún así…no quiero transmitirte tristeza, ni rabia, solo quiero que sepas que igual que estuve ahí cuando todo era perfecto y todos se peleaban por grabar tu nombre en su camiseta, ahora que curiosamente algunos de esos mismos te insultan y te usan de diana, ahora es cuando más necesito decirte que sigo estando a tu lado.
Estos últimos meses he intentado buscar el oscuro origen, las absurdas razones por las que llegué a escuchar aquella sonora pitada infame, hasta que entendí que era inútil buscar lo que no tiene sentido. Las personas son impredecibles, hasta los oviedistas lo son dentro de su grandeza, y no todos son perfectos como creíamos. Siempre fui de las creo firmemente en que el tiempo pone a todo y a todos en su sitio, y tu ya tienes ese sitio, el tuyo no te lo va a quitar nadie ya, mal que le pese a algún desmemoriado, y estos últimos años, precisamente los más duros como oviedistas, explicar la historia del REAL OVIEDO sin mencionarte a ti es imposible. Cuando habíamos perdido la fe en los jugadores de fútbol apareciste tú, y tú vestiste por nosotros la camiseta cada vez que saltabas al campo. En cada gol, en cada carrera en busca de un balón perdido, en cada salto de cabeza al infinito del cielo, en cada disputa con un contrario, en cada celebración mostrando la rabia al mundo como para decirle que nadie iba a acabar con nosotros, ahí estabas tú por nosotros.
En todo este tiempo siempre fuiste tu mismo, incluso ya eras el de ahora cuando salías cual hincha cantando contra los vecinos siendo alevín, siempre fuiste natural como la vida misma, nunca escondías tu carácter, ni tu personalidad. Vuelvo a ver muchas veces aquel vídeo donde Cazorla salía contigo siendo pequeños, enarbolando cánticos de ultras, él ahora juega en los mejores campos del mundo, pero tú te papaste de barro pisando los más difíciles, aquellos en los que uno no busca la gloria, sino la supervivencia. Cuando necesitábamos una palabra de ánimo ahí estabas tú, cuando necesitábamos un golpe de orgullo…ahí estabas tú, cuando perdíamos la fe y la esperanza tú nos devolvías la ilusión con un gesto, con una palabra, con un gol, con un golpe de pecho. Sigues siendo el mismo, en el campo y fuera de él, y eso no se perdona a veces en este mundo cruel e injusto. Pero la mayor victoria sobre quien ha perdido su memoria es no dejar de ser fiel a tu corazón, y tengo la seguridad que siempre vas a ser el mismo, humilde, amigo de tu amigos, devoto de su familia, y con el orgullo siempre de vestir la camiseta que ha amado desde que nació.
No cambies nunca, algún día, igual a la vuelta de la esquina, estos mismos que ahora te han dado la espalda volverán a ponerse aquella camiseta tuya y te pedirán una foto a su lado, si no tuvieron vergüenza para insultarte no dudes que no la tendrán tampoco para apuntarse de nuevo al carro. Y cuando lo hagan…que lo harán, tú siendo como eres y siendo el que siempre has sido, harás como que no sabes nada aunque lo sabes ya todo, y educadamente les firmarás un autógrafo y posarás con ellos mientras te dan palmaditas en la espalda y te dicen “Grande Diego”. Qué placer se siente cuando uno sabe toda la verdad mientras le están contando la mentira.
Cuando todo esto pase Diego, tú sabrás quien estuvo ahí de verdad siempre y quien estuvo por puro oportunismo, y toda la gente que te quiere de verdad, que es la mucha, tendrá la enorme satisfacción de haberte apoyado siempre a pesar de corrientes venenosas efímeras, dañinas y sin sentido.
Porque REAL OVIEDO sólo hay uno, y porque DIEGO CERVERO es irrepetible y ayudó a que sólo hubiera un REAL OVIEDO. Y Pese a quien le pese… GRACIAS DIEGO, por existir.
Empecé a escribirte esta carta mil veces y fui incapaz casi siempre de encontrar las palabras perfectas y exactas con las que poder contarte lo triste que me siento y esta sensación de impotencia que me invade. Aún así…no quiero transmitirte tristeza, ni rabia, solo quiero que sepas que igual que estuve ahí cuando todo era perfecto y todos se peleaban por grabar tu nombre en su camiseta, ahora que curiosamente algunos de esos mismos te insultan y te usan de diana, ahora es cuando más necesito decirte que sigo estando a tu lado.
Estos últimos meses he intentado buscar el oscuro origen, las absurdas razones por las que llegué a escuchar aquella sonora pitada infame, hasta que entendí que era inútil buscar lo que no tiene sentido. Las personas son impredecibles, hasta los oviedistas lo son dentro de su grandeza, y no todos son perfectos como creíamos. Siempre fui de las creo firmemente en que el tiempo pone a todo y a todos en su sitio, y tu ya tienes ese sitio, el tuyo no te lo va a quitar nadie ya, mal que le pese a algún desmemoriado, y estos últimos años, precisamente los más duros como oviedistas, explicar la historia del REAL OVIEDO sin mencionarte a ti es imposible. Cuando habíamos perdido la fe en los jugadores de fútbol apareciste tú, y tú vestiste por nosotros la camiseta cada vez que saltabas al campo. En cada gol, en cada carrera en busca de un balón perdido, en cada salto de cabeza al infinito del cielo, en cada disputa con un contrario, en cada celebración mostrando la rabia al mundo como para decirle que nadie iba a acabar con nosotros, ahí estabas tú por nosotros.
En todo este tiempo siempre fuiste tu mismo, incluso ya eras el de ahora cuando salías cual hincha cantando contra los vecinos siendo alevín, siempre fuiste natural como la vida misma, nunca escondías tu carácter, ni tu personalidad. Vuelvo a ver muchas veces aquel vídeo donde Cazorla salía contigo siendo pequeños, enarbolando cánticos de ultras, él ahora juega en los mejores campos del mundo, pero tú te papaste de barro pisando los más difíciles, aquellos en los que uno no busca la gloria, sino la supervivencia. Cuando necesitábamos una palabra de ánimo ahí estabas tú, cuando necesitábamos un golpe de orgullo…ahí estabas tú, cuando perdíamos la fe y la esperanza tú nos devolvías la ilusión con un gesto, con una palabra, con un gol, con un golpe de pecho. Sigues siendo el mismo, en el campo y fuera de él, y eso no se perdona a veces en este mundo cruel e injusto. Pero la mayor victoria sobre quien ha perdido su memoria es no dejar de ser fiel a tu corazón, y tengo la seguridad que siempre vas a ser el mismo, humilde, amigo de tu amigos, devoto de su familia, y con el orgullo siempre de vestir la camiseta que ha amado desde que nació.
No cambies nunca, algún día, igual a la vuelta de la esquina, estos mismos que ahora te han dado la espalda volverán a ponerse aquella camiseta tuya y te pedirán una foto a su lado, si no tuvieron vergüenza para insultarte no dudes que no la tendrán tampoco para apuntarse de nuevo al carro. Y cuando lo hagan…que lo harán, tú siendo como eres y siendo el que siempre has sido, harás como que no sabes nada aunque lo sabes ya todo, y educadamente les firmarás un autógrafo y posarás con ellos mientras te dan palmaditas en la espalda y te dicen “Grande Diego”. Qué placer se siente cuando uno sabe toda la verdad mientras le están contando la mentira.
Cuando todo esto pase Diego, tú sabrás quien estuvo ahí de verdad siempre y quien estuvo por puro oportunismo, y toda la gente que te quiere de verdad, que es la mucha, tendrá la enorme satisfacción de haberte apoyado siempre a pesar de corrientes venenosas efímeras, dañinas y sin sentido.
Porque REAL OVIEDO sólo hay uno, y porque DIEGO CERVERO es irrepetible y ayudó a que sólo hubiera un REAL OVIEDO. Y Pese a quien le pese… GRACIAS DIEGO, por existir.
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