Cuando los oviedistas que de verdad queremos y amamos a nuestro club nos dejamos el alma porque el Espíritu del 2003 siga en la brecha, y no sea olvidado nunca, algunos (cada vez más) de los que nos pisaron no tienen ningún reparo en aparecer en los festejos de nuestro cumpleaños. No sólo no se esconden los muy miserables, sino que además...tienen la hipocresía y desvergúenza de salir en la foto, como si con ellos fuera la cosa, como si ellos tuvieran derecho a celebrar algo en lo que nunca creyeron, más bien...desearon que nunca cumpliéramos más años aquel verano del 2003.

Ahí lo tienen, a Jose Vicente, el mismo que mandó a fregar a una servidora en pleno partido de alevines REAL OVIEDO - Acf, cuando él era entrenador de aquel engendro. Le molestaba que aplaudiera y festejara los goles de MI equipo, le molestaban mis ánimos, mis reivindicaciones de que sólo había un REAL OVIEDO, se burlaba de nuestros chavales, y junto con él los tres padres imbéciles de aquel acefesio que al acabar el partido llamaban a nuestro club cadáver, mofándose de nuestra situación, dándoselas de ser los abanderados del nuevo club por el que apostaba el alcalde.
Y ahora...tengo que aguantar que ese IM presentable vaya a plantar un arbolito para celebrar nuestro 84 cumpleaños y lleve ese escudo en el corazón.
No es culpa de Espíritu 2003, del que formo parte, es culpa de este individuo que no tuvo dignidad para rechazar salir en la foto, y que si tuviera un mínimo de vergüenza no aparecería por ningún acto de conmemoración de nuestro club.
Jose Vicente, allí estaré simpre para recordarte tu pasado, para ponerte un poco colorado, y sobre todo..para que no creas que somos imbéciles, que todavía existen oviedistas con memoria que van a luchar hasta el final porque personajes como tú no estén cómodos en nuestro club. A ver si así, ya que quienes nos dirigen carecen de memoria porque fueron como tú, al menos se te remueva un poco la conciencia y TE PIRES.

Y aquí está el otro Vicente, este Vicentón. Que por culpa suya y de una denuncia que puso a nuestro club casi no salimos a competir aquel verano del 2003. Ahí lo tienen, como si nada, de celebración también, y de fartura, como no...estos al calor de un mantel y un buen vino están encantaos.
Cada día tengo más asco a esta ciudad, plagada de aprovechados, de gente sin escrúpulos, de oportunistas. La ciudad de la mentira y la hipocresía, donde los más sinvergüenzas escalan posiciones y los que dan la cara y luchan, como Manolo Lafuente, son condenados por los jueces a pagar con sus bienes personales POR NO HABER LLEVADO EL CLUB A LA QUIEBRA.
A MAMARLA.